Si hay un lugar donde el tiempo parece detenerse, ese lugar es el Tíbet. Territorio místico y sagrado, poderosamente atractivo; envuelto en lo mágico y en la espiritualidad que desprende, desde siempre ha fascinado a todos quienes lo han visitado.
Su cultura, su gente, su religión y antigua tradición, apoyado por un marco de increíble belleza y serena inmensidad como es el HIMALAYA, hacen del Tíbet uno de los lugares más hermosos del planeta.
En el Techo del Mundo, nieves eternas, Ríos de vida, Cuevas secretas y Monasterios de sabiduría. Todo parece extraordinario!
Tras un país que exhala paz, se encuentra una cultura que durante siglos se mantuvo cerrada al mundo, preservando el legado más ancestral de la cultura oriental. Sin embargo hoy, se mueve y muestra entre lo tradicional y lo moderno.
Esta ruta ofrece lo mejor que el Tíbet tiene para mostrar, incluido el fabuloso Palacio Potala en Lhasa, antiguos monasterios, pequeñas ciudades y aldeas campesinas, lagos pristínos y grandiosas vistas del Himalaya, mientras nos adentramos a su montaña mas sagrada, el Monte Kailash.
Kailash, situado en medio de seis cadenas montañosas, que se dice, representan la estructura de un Loto perfecto. Conocido popularmente por sus valores espirituales, el monte Kailash está ampliamente considerado como el Centro Espiritual del Universo. El Chakra Sahasrara o Corona del Planeta Tierra.
Por ello, Kailash recibe a miles de peregrinos, en su mayoría Budistas, Jainistas, Hindúes, Yoguis y buscadores devotos de todo el mundo. Asi como también a los nativos Bonpos y otros tantos entusiastas aventureros. Todos en un peregrinar, caminando por un sendero alrededor de su base, lo que se conoce como ‘Kora’.
Es también reconocido como una de las montañas mas sagradas de Asia, pues todas las religiones del Valle Indo (tierra madre de religiones) confluyen en el Kailash. Y a su vez, es la fuente de cuatros ríos considerados sagrados, el Indo, el Sutlej, el Brahmaputra y el Karnali (que irriga al Ganges).
Las personas, peregrinos que se encuentran en el camino son tan inspiradoras como el paisaje mismo, lo que es seguro harán que sea una experiencia especial e inolvidable, incluso si no te consideras una persona espiritual.